Zendaya desafía la taquilla

Zendaya es ya una estrella consolidada a sus 27 años: carrera soñada, varios premios a su haber, reconocimiento del público y novia del atractivo Tom Holland. Podría escoger cualquier papel que se le antojara pero prefiere seguir sus instintos y hasta ahora parece ser infalible, porque Desafiantes (Challengers) está recogiendo buenas críticas a nivel mundial, pese a ser un drama erótico deportivo juvenil que podría parecer aburrido por tratarse del deporte blanco y sus ingratitudes. El director es nada menos que Luca Guadagnino, director multifacético que puede pasar de un drama homosexual como Call me by your name a un thriller terrorífico bañado en sangre como Suspiria.

Pero centrémonos en el contenido recurrente de esta película: el tenis. La historia gira en torno a este deporte pero en realidad, nunca es parte esencial de la trama, si usted no sabe nada de tenis, créame que no tendrá ningún problema en entender el argumento. Aquí juegan papeles más preponderantes el amor, la pasión, la envidia y la traición, ofreciendo al público un coctel bastante explosivo y atractivo. Los 2 acompañantes de la estrella principal (Mike Faist y Josh O`Connor) son relativamente desconocidos en la industria, hecho deliberado del director para no opacar a la verdadera estrella del film. Todo está dado para que Zendaya se luzca, desde la historia, hasta los tiros de cámara, la música y los diálogos.

Los triángulos amorosos en el cine no son nada nuevos, pero los tríos sexuales deben ser tratados con mucha más delicadeza, so pena de caer en la vulgaridad, y por consiguiente, en el olvido. Se me viene a la mente Threesome con Lara Flynn Boyle, además de Y tu mamá también con el genial tandem Luna-García, ejemplos perfectos de la dosis exacta de erotismo y drama, pero este trío es también muy fresco, tan lleno de juventud y belleza, como de lujuria y bajos instintos . Y como todos los tríos, obviamente termina en un desastre porque el equilibrio es tan débil que se rompe siempre por el lado más fino (o por el más grueso). La fraterna amistad entre Patrick y Art se ve interrumpida por la llegada de Tashi (Zendaya), una promesa del tenis femenino que pondrá su mundo al revés y sus hormonas a hervir.

Luego de la pasión inicial, la protagonista toma su indefectible decisión y resulta no ser la más acertada, se sumerge en un matrimonio aburrido y vive solo para tratar de revivir la alicaída carrera deportiva de su esposo. Por otro lado, el rechazado cae en una vorágine de excesos y también ve su prominente carrera irse por el barranco. Sus vidas se cruzan de nuevo en la final de un Challenger (torneo menor de la ATP) que para ellos es la última esperanza de alcanzar el éxito. Una vez que los sentimientos vuelven a estar a flor de piel y que los rencores emergen como espadas, este trío tendrá que resolver sus problemas con dolor.

Un drama que cumple con su cometido y que logra ser una amalgama completa de buen gusto en lo visual. Los planos de los partidos son alucinantes: desde subjetivas de la bola hasta raros planos nadir (lo contrario de los cenitales). La música acompaña bien las emociones y las actuaciones son maduras y aplomadas. En definitiva, un ace bajo la manga del recordado director italiano que provoca el entretenimiento mordaz en el público. Para resumirlo de este modo: es un match point al aburrimiento.

Rating

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *