
Lupita Nyong’o es una actriz consagrada, ganadora de un Oscar por 12 Años de Esclavitud. Joseph Queen es el actor joven del momento, gracias a su destacada interpretación en la serie rompe récords Stranger Things, pero son superados ampliamente por la entrañable “actuación” de un felino sin nombre que literal se lleva en peso la película. Y si no me creen, esperen a escuchar los comentarios y suspiros de toda la audiencia alabando al simpático y bigotudo personaje.
Esta es la tercera entrega de la saga creada por John Krasinski, que tuvo excelentes críticas en sus 2 primeras partes protagonizadas por la hermosa Emily Blunt. Aquí se cuenta el inicio de la invasión alienígena que dejó en nuestro terruño criaturas monstruosas y ciegas, capaces de atacar despiadadamente solo gracias a su fina audición. La idea original fue realmente novedosa porque planteaba un mundo casi silencioso que solo se veía interrumpido por los sonidos de ataque de los agresivos extraterrestres. El resultado era una odisea angustiosa y beligerante que solo se apagaba con sangre humana.
Si quitamos al sigiloso gato que se mueve con gracia natural entre las bestias sin despertar siquiera sospechas, tenemos muchos puntos que destacar, como el guion cumplidor de Jeff Nichols y Michael Sarnoski (quien también dirige). Aunque si nos ponemos un tanto exigentes, parece un poco corto (1 hora 30 minutos), dejando algunas preguntas en el aire, pero desencadenando en un final bastante atinado y conmovedor. Las secuencia de una Nueva York destruída y los atardeceres cálidos pero brutales, le dan un toque melancólico a la trama. La banda sonora es también un gran acierto, coronando el repertorio la notable versión de Feeling Good de Nina Simone.
En definitiva, Un lugar en silencio: día uno es una gran precuela, a la altura de sus predecesoras y que entretiene a la audiencia sin pausa. La franquicia promete mucho más pero me pregunto si es momento de dejarla descansar por un rato. Krasinski acaba de tener un gran éxito comercial con un género totalmente diferente como Amigos Imaginarios ($200 millones de recaudación mundial). De lo que no hay duda es que, el actor, guionista, director y productor dejó de ser simplemente el esposo de la Blunt para convertirse en un referente creativo de Hollywood.
Si tuviera que dejar alguna conclusión a este humilde análisis, sería que hay que aprender a callar cuando las circunstancias lo ameritan. Fácilmente, los gigantescos monstruos digitales podrían ser una metáfora que encierra una frase fabulosa: “Somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos”.