Hereje: Del Monopolio al ateísmo

Existen películas que se olvidan apenas abandonas la sala de cine, otras, por el contrario, te acompañan hasta la muerte. Considero tan válido el entretenimiento sin pretensiones como el que nos explota la cabeza y nos deja pensando en un tema por semanas. Si quieres darle vacaciones a tus neuronas y pasar un rato ameno y relajado, anda a ver la peli navideña de turno, pero si quieres poner en duda tus más íntimas creencias y organizar un festival de cuestionamientos en tu cerebro, esta es tu historia.

La premisa es super sencilla: dos atractivas hermanas mormonas van a visitar a un señor de mediana edad que se ha anunciado interesado por los preceptos de la nombrada religión. Llegan con mucha cautela a una casa ubicada en un paraje lejano en medio de una tormenta (esa es la parte típica de cine gringo que no podía faltar), ellas entran a la casa con cierta desconfianza, pero los argumentos del tipo empiezan a hacerlas cuestionar su religión, la existencia de Dios y hasta su propia vida, que desde ese momento, empieza a pender de un hilo.

Hereje, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (co-escritores de A quiet place), es un thriller psicológico que pone por fin a Hugh Grant en el status que merece: el de un gran actor de carácter. El momento ha llegado para el veterano intérprete, más conocido por sus comedias románticas y participaciones en blockbusters superficiales. Ya está nominado a un Globo de Oro y se perfila para repetir en los Oscars. La maldad de su personaje se oculta tras una amabilidad y conocimiento férreo de todas las religiones, la inexpresión de su rostro y su mirada psicótica mete miedo en casi todas las escenas del film.

Aparte de la sobresaliente actuación de Grant, destacan otros puntos como la banda sonora, la frescura de las nuevas actrices Sophie Thatcher (Prospect, Maxxxine) y Chloe East (The Fabelmans), la angustiante ambientación de una casa que parece pequeña pero resulta ser un laberinto infernal y el fabuloso diálogo que atrapa desde el primer momento. Este diálogo cuestiona todas las religiones y las compara con cosas tan irrelevantes como Monopolio, el juego de la Parker Brothers comprado por Hasbro, o la canción Creep de Radiohead. Al final todo tiene sentido, o más bien, no. En definitiva, un postre que se come en pequeñas porciones y que puede causar una indigestión mental de proporciones bíblicas (literal).

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