
Tener 13 nominaciones a los Premios de la Academia es un lujo que pocos han alcanzado. El musical Emilia Perez de Jacques Audiard ha roto algunos récords, entre ellos, ser una de las películas más vilipendiadas mucho antes de la esperada ceremonia. Los ataques son sistemáticos y variados: malas actuaciones, mediocres canciones, sobrevaloración y hasta racismo. Al fin y al cabo, toda esta bulla los beneficia porque dicen que no hay publicidad mala, pero… ¿Por qué tanta saña? Trataré de analizar los pros y los contras de manera muy imparcial.
Los musicales no son algo que me vuelva loco, y eso unido a todos los comentarios de que no pierda mi tiempo yendo a verla, me hicieron dudar. Sin embargo, mi rebeldía, curiosidad y sobre todo, mi firme convicción de que el arte es subjetivo, me arrastraron de inmediato a la sala más cercana para observar este largometraje sin ninguna expectativa, pero sin ningún prejuicio tampoco. Desde el inicio hubo una escena cantada que me sorprendió. Zoe Saldaña se movía con soltura y cantaba de una manera natural y justificada en una oficina, con bailarines y coro. Me di cuenta de que esa era la escena de donde había salido un clip que se utilizaba para atacar al film de ridículo y sin sentido. Pude constatar cómo se puede descontextualizar algo con solo escoger los cortes a conveniencia y publicar irresponsablemente. Los clips que pululan por las redes no son ni un 1% de la historia pero han hecho mucho daño a la reputación de la película. Yo puedo dar fe de que todas y cada una de las canciones utilizadas son pertinentes, justificadas y entretenidas, compuestas con detenimiento en música y letra, algunas muy bonitas y reflexivas. Todo lo contrario del Joker 2, por ejemplo. Aunque las comparaciones son odiosas, ya hubiera querido que Todd Phillips la viera para que aprendiera cómo se hace un buen musical.
Las actuaciones de la actriz trans Karla Sofía Gascón y de Saldaña son sobresalientes, sobrias y llenas de histrionismo. El maquillaje e interpretación de Gascón para encarnar al narco Manitas antes de su reasignación de sexo es impresionante, estoy seguro que debió ser un proceso doloroso pero catártico para la actriz española. El único punto débil que le encuentro al proyecto es la participación de Selena Gómez, y no por su actuación (ya lo ha hecho antes en innumerables ocasiones), sino en la dificultad que tiene para expresarse en el idioma castellano. Otro punto que se destacaba era el desconocimiento del director de la realidad mexicana, al ser francés y no tener previo conocimiento de esa rica cultura. Tampoco vi ningún error en ese item. México estuvo representado muy bien, tanto en idiosincracia como en cultura, identificándonos también muchos latinoamericanos con una realidad que es regional. El argumento es muy entretenido y novedoso: un narco que decide cambiarse de género para desaparecer y no ser reconocido, pero su naturaleza y arrepentimiento lo traicionan, pasando al papel de víctima, que siempre vio desde la otra orilla.
En definitiva, una gran producción por donde se la vea, de esas pocas que atinan tanto en la parte artística como en la parte técnica (de ahí tantas nominaciones). Un viaje por los infiernos de la culpa y los cielos de la redención, un extravagante espectáculo que no conoce medias tintas. Una muestra de que los latinoamericanos tenemos mucho en común y que la diversidad une más que divide. Si el español es un idioma de pobres (como dijo el director), tiene mucho más mérito que salgamos adelante porque tenemos que hacer el doble de esfuerzo.