
Del todo a la nada
¿Hasta dónde te pueden llevar las malas decisiones? Esta es la premisa de la nueva apuesta de HBO llamada La Ruina (The Undoing). Con dos protagonistas de lujo y basada en la novela You Should Have Known de Jean Hanff Korelitz, muy por el contrario del título, nada podría salir mal. El actor inglés, maduro y libre ya de todos sus escándalos de juventud, nos ofrece una majestuosa interpretación como un doctor que lo tiene todo: una bonita familia, posición, comodidad y más que nada, el respeto de la sociedad, aunque su comportamiento en la intimidad deja mucho que desear. Kidman luce regia, todavía hipnotiza con su belleza y talento , le da vida a una psicóloga igual de exitosa que su esposo, pero… algo tenía que ir mal en tan soñada vida y pronto descubrirá que su pareja de tantos años no es quien piensa. Alrededor de un crimen donde ella se ve peligrosamente involucrada, verdades incómodas empiezan a surgir, lo que la llevará a una vorágine de engaños, hipótesis y perturbaciones que terminarán por derribar todo lo que ha construido hasta ahora.
Resalta en el el elenco la joven actriz italiana Matilda de Angelis, quien acapara todas las miradas de la crítica con su sensualidad, histrionismo y naturalidad. A pesar de que muere en el primer capítulo, sus esporádicas apariciones a manera de flashbacks siempre mantienen la expectativa de los televidentes. Donald Sutherland (el papá de Kiefer y villano en los Juegos del Hambre) luce impecable como el padre de Kidman, obligado a mantener el buen nombre de la familia a cualquier costo. También es digna de elogio la sobria participación del ya consagrado Edgar Ramírez como un detective voluntarioso y terco que quiere descubrir la verdad sin medir sus métodos.
Este thriller sicológico y policíaco nos lleva a la incertidumbre desde su primer capítulo y nos muestra que la aparente plenitud, a veces, es solo una fachada para esconder acontecimientos más oscuros (como la gente cuando derrocha felicidad en el Instagram). Destaca la pericia de los guionistas para dosificar la información, ofreciendo pequeñas pastillas que nos van develando secretos a cuentagotas y nos hacen querer mucho más.
Parece que las miniseries han vuelto para quedarse porque el formato de pocos capítulos por temporada se está repitiendo de manera insistente. Esta historia solo tiene 6, que se pueden ir tranquilamente en una noche de insomnio. Recomendada para esos cinéfilos que gustan de historias sobrias y “serias” para variar un poco, escapando del facilismo de Netflix.