
Oscuro deseo de maratonear
Sin miedo a equivocarme, es la mejor serie latina de streaming que he visto hasta ahora. Aprovechando que se estrenaron nuevos capítulos, quiero hacer justicia divulgando esta pequeña obra maestra. Mi primer contacto con la historia fue en pleno encierro pandémico, cuando nos alimentábamos día y noche con arte (qué hubiera sido de nosotros sin él). Por nuestra pantalla casera desfilaban conciertos, series, películas, recorridos virtuales a museos, entre otras mil actividades que, en condiciones normales, no hubiésemos sido capaces de emprender. Precisamente, en el nutrido catálogo de Netflix, debo reconocer que me llamó la atención ver una serie protagonizada por Maite Perroni (RBD, El juego de las llaves) y María Fernanda Yepes (la recordada Diabla de Sin senos no hay paraíso), ambas grandes actrices además de muy guapas.
Al disfrutar el primer capítulo, inmediatamente me di cuenta de que las experimentadas actrices no serían el centro de la obra, sería la historia. Y es que este thriller erótico/policial, oscuro como su título, me recordó las características de los filme noir franceses del siglo pasado, jugando siempre con el razonamiento y la anticipación del espectador, mostrándonos personajes complejos, que pueden ser odiados o amados en cuestión de segundos. Alma (Perroni) es una abogada/profesora universitaria con un matrimonio convencional y aburrido que en una noche de juerga junto a su mejor amiga Brenda (Yepes) tiene un affair con un sensual joven llamado Dario (Alejandro Speitzer). Lo que parecía un simple revolcón con gran dosis de colágeno se convierte en un verdadero infierno para la protagonista que, de un momento a otro, tiene que lidiar con la muerte de su amiga confidente, los problemas adolescentes de su hija y el terrible triángulo amoroso que ha formado junto al joven y a su esposo, el circunspecto juez Leonardo Solares (Jorge Poza).
Para cerrar este corolario, analizo al mejor personaje de todos: Esteban Solares (Erik Hayser), investigador y policía retirado, cuñado de Alma. Un hombre con mucho dolor, no solo físico sino también psicológico y espiritual. Un ser atormentado por sus propios demonios que, a manera de redención, se obsesiona con el caso de Brenda y decide llegar hasta las últimas consecuencias. Al desentrañar los más oscuros secretos de la familia, se da cuenta que hay más que un culpable, y que el desenlace será doloroso para todos. En general se ve como una historia interesante pero bastante trillada, la diferencia es que el tratamiento dado, tanto visual como argumental, crea una atmósfera claustrofóbica y angustiosa que nos envuelve y nos hace parte del sisma familiar.
Speitzer (El club, Alguien tiene que morir) ha crecido como la espuma y ya es hoy a sus escasos 27 años, uno de los actores más importantes de América Latina. Su química con Perroni es más que evidente: cuando protagonizan escenas candentes (que hay muchas) realmente salen chispas del TV. Ellos vuelven junto al elenco original para dar forma a la segunda temporada en el monstruo del streaming. Ya no hago más spoilers, es preferible que constaten ustedes por su cuenta el nivel y la calidad de esta producción mexicana que los llevará a consumirla de forma obsesiva (como yo), realmente un producto de exportación. Ya no tenemos nada que envidiarles a los que hablan otros idiomas, la calidad audiovisual ahora se muestra en español.